Josep Corbella, periodista de La Vanguardia, entrevista a Josep Tabernero, jefe del servicio de oncología de Vall d’Hebron sobre los mitos que existen sobre la residencia MIR de oncología.
«Es una especialidad que te obliga a dar lo mejor de ti mismo. Y a nivel intelectual, es un reto continuo. Al final del día, llegas a casa con la sensación de que lo que has hecho ha valido la pena». Josep Tabernero.
En un momento en que la última promoción de licenciados en medicina acaban de hacer el examen del MIR y deben decidir a qué especialidad se dedicarán, Josep Tabernero desmiente en la Vanguardia algunos de los falsos mitos que persisten sobre la oncología y explica lo mucho que ha aprendido de sus pacientes.
¿Ser oncólogo es psicológicamente duro?
Contrariamente a una idea extendida, la oncología es muy gratificante. Es una especialidad que te obliga a dar lo mejor de ti mismo. Y a nivel intelectual, es un reto continuo. Al final del día, llegas a casa con la sensación de que lo que has hecho ha valido la pena. De que lo has hecho lo mejor posible por los pacientes y de que participas en el esfuerzo colectivo de muchos médicos e investigadores para tratar cada día mejor el cáncer. No creo que ninguna otra especialidad se pueda comparar a la oncología en este sentido.
¿Y cuando muere un paciente?
Te afecta, es inevitable. Pero no te hunde. Incluso diría que es una motivación adicional para seguir adelante. Pienso en cuál era la situación cuando empecé, cuando la mayoría de enfermos morían, y cuál es ahora, cuando curamos más del 60% de casos, y creo que no podemos parar.
¿Los pacientes comparten su entusiasmo?
Tal vez me han transmitido más ganas de luchar ellos a mí que yo a ellos. De la relación con los pacientes he aprendido mucho. Me admira la motivación que tienen para salir adelante, la capacidad de lucha, las ganas de comprender, la generosidad de ayudar para que los que vengan después tengan terapias mejores… Sentiría que les defraudaría si, después de ver cómo luchan ellos, yo no luchara también.
¿A quién le aconsejaría que se especialice en oncología?
A médicos que quieran tener contacto directo con los pacientes, pero también tengan la ambición de hacer avanzar la medicina. Médicos a los que les gusten los retos, sean entusiastas y tengan ganas de trabajar. Pero no se lo aconsejaría a alguien que tenga una actitud pasiva y que prefiera una vida cómoda.
¿No lo tendrán fácil?
En absoluto. Especializarse en oncología requiere rigor, esfuerzo y talento, precisamente porque depende de nosotros seguir avanzando contra el cáncer. Ya hemos recorrido una parte importante del camino, pero el que queda por recorrer dependerá de los médicos que se están formando ahora. Es duro, pero ya le digo que es muy gratificante.
Cuando estudiaba medicina, ¿ya sabía que sería oncólogo?
En realidad me planteé otras opciones. Pensé en hacer medicina interna, que me gustaba mucho, y también en especializarme en neurocirugía.
¿Por qué se decidió por la oncología?
Porque a mí me apasiona ser médico, me gusta el trato con los pacientes, me maravilla el funcionamiento del cuerpo humano y quería dedicarme a una especialidad en la que pudiera contribuir al progreso de la medicina. Pero, cuando estudiaba la carrera, el cáncer era un campo en el que la investigación estaba avanzando mucho y en el que los avances científicos aún no habían llegado a los pacientes. Era un campo en el que tendría la oportunidad de ayudar a los pacientes y de participar en el avance de la medicina.
¿Decidiría hoy lo mismo?
Desde luego, porque estas oportunidades son las mismas para quienes se especializan hoy día en oncología.
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