Finalmente hoy entrevistamos a nuestro tercer residente R1 que se incorporará en breve al Servicio.
Dr. Jesús Yaringaño es originario de Perú donde estudió la carrera de Medicina y posteriormente se preparó para el examen MIR. A pesar de los buenos resultados obtenidos, reconoce que hubo momentos de nerviosismo hasta que no pudo asegurar haber conseguido la plaza que anhelaba desde hacía años.
Tal como hicimos la semana pasada con sus otros dos futuros compañeros R1, Dr. Pau Mascaró y Dr. Pau Benito, le hemos pedido nos relatara sus motivos para escoger Oncología Médica y realizarla en el Hospital Universitario Vall d’Hebron.
¿Qué te motivó a escoger Oncología Médica?
La razón por la que elegí oncología médica como especialidad fue el reto constante que representa el paciente con cáncer por su complejidad, tanto la de su cuadro clínico como su ámbito psicosocial, el cual cambia de un momento a otro al recibir el diagnóstico. Además es una especialidad con un trato muy cercano con el paciente, es dura, tiene momentos muy difíciles, pero por eso mismo es muy gratificante. He tenido la oportunidad de atender pacientes oncológicos como médico general mientras realizaba el servicio rural en mi país, incluso unas cuantas veces tuve que comunicar el diagnóstico por primera vez a una persona; esas experiencias fueron únicas y confirmaron que es la especialidad que me apasiona.
Naturalmente la oncología, al ser un área en continuo desarrollo, en sí misma es apasionante: abarca el conocimiento de la patología desde su base molecular, pasando por la expresión clínica de la enfermedad, hasta llegar a los cuidados paliativos; en resumen, es una especialidad completa y eso me encanta. Asimismo, la investigación en oncología avanza rápidamente, lo cual estimula a la actualización constante y le da a la especialidad un brillante futuro, del cual quiero ser partícipe.
¿Por qué Vall d’Hebron?
Tomé la decisión de hacer la especialidad fuera de mi país porque quería formarme en un centro puntero a nivel mundial. Cualquier persona que quiera dedicarse a la oncología ha oído hablar del Hospital Vall d’Hebron y sabe lo que representa. Vall d’Hebron lo tiene todo: docencia, gran carga asistencial (que es vital en el periodo de la residencia) e investigación. Es el lugar perfecto para formarse en Oncología. Y la ciudad es preciosa, es un plus.
Como anécdota, siendo estudiante de medicina vine a Europa hace 4 años, de intercambio, y aunque mi destino en aquel entonces fue la Universidad de Uppsala en Suecia, pude visitar Barcelona. En aquel mismo momento me fijé como meta hacer la residencia en este hospital, incluso me hice una foto aquella vez en el frontis para tenerla como motivación. Estoy muy feliz de unirme al equipo.
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