La evolución del paciente en la medicina es un hecho irrefutable, ahora contamos con un paciente más informado, implicado y empoderado.
A lo largo de los años hemos visto como el paciente en medicina ha evolucionado, lo mismo ha sucedido con el paciente oncológico en particular, pero ¿en qué ha cambiado?
El paciente actual posiblemente sigue sintiendo las mismas emociones al saber el diagnóstico de cáncer: temor e incertidumbre, pero ahora las gestiona de manera distinta.
Uno de los puntos clave es el acceso a la información por parte paciente, en la actualidad las fuentes de acceso a esta son tan amplias que el paciente está mucho más informado y esto le permite participar más en el manejo y tratamiento de su enfermedad: contamos con un paciente empoderado.
Otro campo que ha cambiado notablemente es sin duda la tecnología, según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), la supervivencia al cáncer, a largo plazo aumenta a ritmo de 1% al año. Además desde las técnicas de secuenciación genómica que permitieron descifrar el genoma humano, la investigación del cáncer ha dado un vuelco importante. Los avances en este campo permiten ahora tratamientos más personalizados para cada caso y más eficaces.
Cabe destacar también que, actualmente el paciente se implica más allá de su enfermedad, destaca el hecho de que cuando este supera su enfermedad, se plantea como puede contribuir a mejorar la situación de otras personas, de ahí se justifica la proliferación de asociaciones de pacientes durante los últimos años.
El ejemplo más notorio y visible es sin duda el del cáncer de mama que ha conseguido crear grandes redes entre asociaciones, pacientes y profesionales, dando amplia visibilidad y difundiendo la importancia del tratamiento integral y multidisciplinar tanto a los pacientes como a sus familiares y su entorno.
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