El tutor del médico interno residente es asignado en el momento en el que éste empieza la residencia y le acompañará durante toda la trayectoria de formación especializada, cinco años en el caso de oncología.
La figura del tutor es fundamental para el proceso de formación del MIR, se encarga de organizar sus rotaciones y le asesora durante todo el proceso. Por ello, podemos afirmar que la relación MIR-Tutor supone uno de los vínculos más importantes que se generan durante el proceso de formación sanitaria especializad. Podría afirmarse que es su MENTOR.
“Ser tutor no consiste en realizar grandes acciones,
es estar ahí día tras día durante toda la etapa de residencia.”
Dentro de las muchas funciones que realiza un tutor de residentes, cabe destacar la planificación de las rotaciones de estos, tanto interna por los distintos servicios del hospital como externa planificando estadas en el extranjero o en otros hospitales.
El tutor participa activamente en las distintas actividades y evaluaciones de formación continuada del residente, valorando el aprendizaje del futuro especialista así como mantener distintas entrevistas con él para poder orientarlo y ayudarle paulatinamente en su trayectoria profesional. Por todo ello se puede considerar el primer mentor del residente aunque éste, es muy posible que vaya encontrado varios de ellos a lo largo de la residencia.
Los conocimientos y soporte que los mentores les pueden aportar a los residentes, tienen como objetivo hacer de ellos unos grandes profesionales. Asimismo es de gran importancia entender que todo médico adjunto y miembro del equipo es fuente de aprendizaje para aquellos médicos residentes que roten por su servicio.
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