Este año iniciamos el uso de las simulaciones desde el primer año de residencia.
A lo largo de estos días en los que más de 7.000 médicos intentan decidir en qué hospital realizar su residencia, un año más hemos considerado interesante que la Dra. Mónica Rodríguez, directora de Docencia, jefe de estudios y presidenta de la Comisión de Docencia del Hospital Universitario Vall d’Hebron, nos destaca e identifica valores que a su entender distinguen la residencia en el Campus Vall d’Hebron.
A parte de su labor al frente de la Docencia en el hospital, para la Dra. Rodríguez es básico seguir compaginando dicha responsabilidad con su labor asistencial como médico internista especialista en enfermedades autoinmunes, visitando pacientes y participando en grupos de investigación clínica.
Tuvimos la ocasión de entrevistarla hace 2 años cuando tan solo hacía unos meses que se había incorporado al equipo directivo del hospital, https://oncomirvhebronics.wordpress.com/2018/01/24/el-residente-es-el-alma-del-hospital/
Residentes y oferta formativa en Vall D’Hebron
por lo que hoy hemos querido centrarnos en los proyectos más novedosos y que afectan directamente a los nuevos residentes que se incorporarán el próximo mes de septiembre 2020.
Hace dos años, la Dra. Rodríguez destacó como puntos clave del programa formativo:
- un itinerario formativo en investigación para que fuera un ámbito ya integrado en la propia residencia
- formación específica sobre habilidades comunicativas y bioéticas, un punto diferencial en dicha residencia.
Hoy la responsable de docencia empieza subrayando uno de los proyectos que en el que han estado trabajando intensamente en el último año y es potenciar la simulación.
Dra. Rodríguez, ¿por qué valoran tanto potenciar la simulación en la formación de residentes?
“El error es algo humano, y lo que seguro no hay que hacer es taparlo, sino ser capaces de analizarlo e identificarlo, no en búsqueda de culpables, sino de mejoras de procesos. Y esto conlleva un cambio cultural importante.” Nuestra cultura de la culpa a menudo nos bloquea en el proceso de mejora. A raíz de esto es cuando constatamos que la simulación es una herramienta potente para intentar reducir la incidencia de errores. Con ello lo único que estamos haciendo es incorporar en el proceso de formación algo que ya hace muchos años se está trabajando en otros campos muy diversos como por ejemplo la aviación, donde un piloto antes de pilotar debe acreditar horas de simulación o en el ámbito de la energía nuclear donde constantemente hay que realizar simulaciones. El argumento para ellos es que su labor està directamente relacionada con la seguridad de personas: ¿acaso no lo está la de los profesionales sanitarios?
La utilización de las simulaciones en la educación médica se ha ido consolidando en los últimos años como una herramienta de gran efectividad en la formación continua de los profesionales y en la mejora de la seguridad del paciente.
La simulación permite reproducir en un escenario la realidad de una forma lo más fidedigna posible, y allí puedes reiterar, provocar situaciones poco prevalentes, provocar errores, ver cómo reacciona el equipo y practicar nuevas habilidades. En consecuencia, te permite reproducir la parte de la realidad que tú deseas ensayar: y ello sin duda ayudar a evitar problemas posteriormente.
El uso de las simulaciones en la educación médica nos permite entrenar habilidades técnicas pero también enfocarnos en habilidades no técnicas. Ya no se trata solo de disponer de amplios conocimientos, sino que los mismos deben ir acompañados de habilidades en el trabajo en equipo, en liderazgo, en comunicación y en la concienciación situacional.
¿Cómo tienen previsto incluir a los 154 nuevos residentes que se incorporarán este año?
Todos ellos recibirán una formación en habilidades técnicas mediante simulación durante el curso de inmersión que les ofrecemos al incorporarse. Este año, lógicamente, hemos reforzado la formación relativa a cómo afrontar situaciones de riesgo biológico en general, y en concreto Covid19. Posteriormente, a lo largo de la residencia, les ofreceremos cursos de simulación para entrenar en habilidades propias de sus especialidades
En cuanto a las habilidades no técnicas, a lo largo del año 2019 hemos formado instructores entre los profesionales que ya tenían formación y experiencia en simulación; ellos serán los formadores. Actualmente tenemos ya 100 instructores en habilidades no técnicas y gracias a ellos podremos incluir a todos los residentes en la formación. Será una formación multidisciplinar, porque la realidad es que trabajamos así. Los grupos de trabajo los forman cuatro profesionales, tanto residentes como profesionales de enfermería. El motivo por el que hemos decidido empezar con residentes y enfermería es porque son los que están en primera línea en la atención al paciente y estas habilidades está demostrado que son las que más nos pueden fallar cuando cometemos errores y por ello las queremos cultivar.
Nuestro objetivo es iniciar el proyecto este año con los R1, repetiremos cada año con las nuevas incorporaciones, y al final los R4 o R5 se convertirán en instructores y serán ellos mismos los que mantengan la sostenibilidad del proyecto para que dicha formación se integre en la propia cultura del hospital.
No estamos inventando nada nuevo dado que es una formación que en los países anglosajones se hace desde hace ya algunos años, es la denominada CRM (Crisis Resource Management): aprender a gestionar tus habilidades delante de una situación de crisis, lo cuál, ahora más que nunca, sabemos que es fundamental para los profesionales sanitarios.
¿Cómo prevé afrontar los cambios culturales en esta nueva era?
Mientras que el reto de la formación del grado debe ser cultivar los conceptos generales y las competencias enfocadas al abordaje del paciente y su entorno, el objetivo de la Residencia debe ser profundizar en la especialidad, pero para ello deberíamos haber trabajado y reforzado previamente las habilidades no técnicas para ser capaces de afrontar los cambios culturales. Los cambios han existido siempre, la diferencia es que hasta ahora los cambios en la historia han sido más lentos y ha permitido que este recambio fuera más natural, pero ahora no, ahora los cambios son tan rápidos que es cuando se produce el choque. La gente con las habilidades no técnicas trabajadas viene empujando. En estos momentos tenemos pacientes que vienen muy empoderados, …y bienvenidos sean. Tenemos una sociedad mucho más madura, los pacientes acuden a la consulta habiéndose informado, y tú como profesional tienes que ser capaz de dar respuesta. Y debemos ver cómo una debilidad no tener todas las respuestas de inmediato, lo importante es saber dónde ir a buscarlas para ofrecer una respuesta contrastada: eso es lo que genera confianza en el paciente. Lo que no podemos es imponer que nuestros pacientes no miren y no consulten en Internet la información, la esperanza es ser capaces de transmitirles que confíen más en nosotros.
¿Qué es lo que nos empujará a realizar este cambio de paradigma?
Nuestros propios pacientes, la sociedad en general.
Todas las ventajas que actualmente nos ofrece la tecnología deberíamos utilizarla más desde un punto de vista humano. La incorporación de ordenadores en las consultas ya marcó un cambio en el que los pacientes se lamentaban que los profesionales no les habían ni mirado a la cara. Ahora tenemos muchos sistemas de dictáfonos por voz, aprovechemos pues para sacar las mesas, acercarnos al paciente, tocarlo, escucharlo, y eso sin duda generará una proximidad enorme con el paciente y un vínculo de seguridad y de confianza
Como médico la satisfacción que te da trabajar con proximidad es enorme porque el retorno que obtienes es brutal. La tecnología, de la que soy gran defensora, nos tiene que ayudar para acercarnos más, para que nos quede más tiempo para romper barreras para acercarnos al paciente, para desarrollar la escucha activa.
¿Un gran reto de futuro inmediato es liderar la máquina?
Vivimos en un mundo muy cambiante, y la forma como hacemos las cosas hoy será muy distinta a como la haremos de aquí a 4 años y no digamos de aquí a 10, y eso no nos tiene que asustar: ¿que una máquina pueda llegar a hacer cosas mucho mejor de como las hago yo?, seguro!, a menudo muchas de las cosas que hago es aplicar algoritmos, y eso sin duda lo hará mucho mejor una máquina. ¿Significa esto que yo lo debo vivir como una competencia?, ¡no!, Lo que tengo que hacer es aprovecharme de lo que me está dando la ‘máquina’ para desarrollar mucho más aquello que solo tengo yo, que es esta capacidad de acercarme al paciente, darle la confianza, cosas que también ayudan a curar. Y la ‘máquina’ es un recurso que me permitirá sin duda ser mucho más eficiente. Somos nosotros quienes debemos liderar la máquina, y no dejar que ésta se interponga entre el paciente y el profesional. Este es nuestro gran reto.
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